CAMELIA

De una pureza única

Blanca

Inmaculada

Auténtica en su estado más virginal

Sin perfumes ni aromas para que el impacto sea visual y así llegar sin escalas directo al corazón.

Sus hojas se mantienen verdes y brillantes durante todo el año,

dándole vida al jardín donde haya sido plantada.

Hay muchas variantes, pero la de aquí, se llama Camelia Japónica Blanca.

Ella con todo su encanto es la vedette de mi patio, y aunque con el pasar de los años la han cambiado de lugar, siempre supo adecuarse a todos los escenarios.

Yo no sé cuántos años tiene pero si sé que mi Tío Hugo Francisco cuidaba mucho de ella porque ésta Camelia fue plantada por mi abuela "Doña Rosa Peregrina Nissero". "Doña Chita" para sus conocidos más cercanos.

No es solo la planta, en ella habita de algún modo mi abuela, esa abuela que me dió abrigo y me abrazó, siendo yo una beba de unos pocos meses de vida, una noche de tormenta y de un gran trueno me protegió.

La abuela siempre fue llamada "Mamita" por todos sus hijos, sin importar lo adultos que llegaron a ser. Aún mi tío a sus setenta y tantos cada vez que la nombraba se refería a ella con amor inmenso y profunda admiración la llamaba "Mamita".

Qué Gran Madre Doña Chita!

Aquí está la planta, la Camelia de Mi Abuela Chita.